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Una Coalición en Crisis

La administración de Sebastián Piñera tiene un problema notorio, cuando se trata de gobernar en coalición. En este artículo postulo que:

  • La ‘Coalición por el Cambio’ es una coalición legislativa, no una coalición de gobierno. (Las coaliciones legislativas son aquellas donde los partidos votan sistemáticamente de forma coordinada; las coaliciones de gobierno son aquellas que reparten las carteras del gobierno de forma relativamente proporcional a su peso en el poder legislativo).

Lo situación óptima sería que cada coalición de gobierno fuera la misma que la coalición legislativa. Los potenciales efectos negativos de no tener esta alianza son los siguientes:

  1. Baja coordinación entre la presidencia y el congreso, que conlleva a estancamiento legislativo.
  2. Tensión entre los partidos de la coalición, que conlleva a una baja en las encuestas de opinión pública.
  3. Crisis constitucional, donde la legitimidad del Presidente es cuestionada.

Una forma de evitar—o revertir—estos efectos negativos es:

  • Homogenizar la composición del gabinete con la composición del Congreso.

Formación de Coaliciones

En la mayoría de las democracias, los partidos políticos compiten para acceder al poder legislativo (Congreso), para acceder al poder ejecutivo (gobierno), y para influir en el curso económico, social y político del país por medio de políticas públicas. En base a estos tres objetivos, la literatura que explica la formación de coaliciones se puede organizar en torno a tres enfoques.

  1. Modelos basados ​​en los intereses de los partidos. En esta línea se supone que los partidos son actores racionales que buscan por sobre todas las cosas aumentar su cantidad de escaños. Por eso, si electoralmente le conviene, los partidos buscan agruparse en coaliciones.
  2. Modelos basados en las ideologías de los partidos. En esta línea se supone que los partidos son actores ideológicos que buscan maximizar la influencia de sus políticas públicas. Por eso, los partidos buscan agruparse en coaliciones solo con otros partidos que tienen similares intereses ideológicos.
  3. Modelos basados en reglas institucionales. En esta línea se supone que los partidos responden a las ‘reglas del juego’. Es decir, dependiendo de las reglas electorales, los partidos buscaran competir por si solos o en coaliciones.

En Chile, podemos explicar la formación de coaliciones con una combinación de los tres enfoques. Por ejemplo, cuando los partidos de oposición a Pinochet se organizaron para la elección de 1989, determinaron a priori que juntos obtendrían una mayor cantidad de votos que separados. Pero además, las elites de los partidos decidieron que solo partidos con ideologías similares podrían participar.

Estos incentivos a formar una coalición se vieron reforzados por la particularidad de las reglas electorales. En elecciones presidenciales (donde se necesita 50%+1 de los votos), se determinó que ningún partido podría ganar una elección de forma independiente. En elecciones legislativas (concurrentes a presidenciales), se determinó que los partidos tendrían una mejor oportunidad conservando la misma coalición que usaran en las presidenciales.

La Concertación

Tras formarse en 1989, la Concertación pasó de ser una coalición electoral a una coalición legislativa y de gobierno. Por lo general los legisladores de la Concertación votan en la misma dirección y con la misma intensidad. Salvo algunas excepciones (Andrés Zaldívar y Fernando Flores, por ejemplo) es evidente que la Concertación se ha solidificado como bloque en el Congreso.

A la vez, también logró reflejar de forma proporcional la composición de sus partidos en el Congreso en los gabinetes de sus gobiernos. El Partido Demócrata Cristiano (PDC) siempre tuvo más carteras que el resto de los partidos de la coalición, por ser el partido con más escaños. Fue seguido por el Partido Socialista (PS), el Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Radical (PRSD):

  • Patricio Aylwin (1990-1994) tuvo un gabinete de 21 personas. La composición del primer gabinete fue la siguiente: {10 PDC/6 PS/1 PPD/2 PRSD/2 Independientes}. En total pasaron 27 ministros. Hubo 1 cambio de gabinete.
  • Eduardo Frei (1994-2000) tuvo un gabinete de 21 personas. La composición del primer gabinete fue la siguiente: {10 PDC/4 PS/3 PPD/1 PRSD/3 Independientes}. En total pasaron 54 ministros. Hubo 4 cambios de gabinete.
  • Ricardo Lagos (2000-2006) tuvo un gabinete de 21 personas. La composición del primer gabinete fue la siguiente: {10 PDC/5 PS/4 PPD/2 PRSD/0 Independientes}. En total pasaron 53 ministros. Hubo 3 cambios de gabinete.
  • Michelle Bachelet (2006-2010) tuvo un gabinete de 22 personas. La composición del primer gabinete fue la siguiente: {7 PDC/5 PS/5 PPD/1 PRSD/4 Independientes}. En total pasaron 46 ministros. Hubo 4 cambios de gabinete.

La Coalición por el Cambio

Piñera no ha podido replicar este modelo exitoso de coalición. Mientras ha contado con una coalición en el poder legislativo, no ha gobernado con una coalición en el ejecutivo. La composición de sus gabinetes muestra el cambio de modelo:

  • Sebastián Piñera (2010- ) tiene un gabinete de 22 personas. La composición de su primer gabinete fue la siguiente: {13 Independientes/4 RN/4 UDI/1 PDC}. La composición de su segundo gabinete fue la siguiente: {12 Independientes/5 RN/5 UDI}. La composición de su tercer gabinete fue la siguiente: {10 Independientes/6 RN/6 UDI}.

En vez de reflejar la fuerza de su coalición en La Moneda, Piñera decidió confeccionar un gobierno personalista. Decidió ignorar el hecho que la UDI y RN son los partidos con más escaños de la coalición en el Congreso. Al privilegiar ministros independientes en el gabinete, Piñera creó una serie de problemas por goteo.

Un problema ha sido el lento avance en el frente legislativo. Desde su inauguración, Piñera no ha logrado pasar proyectos de Ley trascendentes para su administración. Las constantes rencillas entre la UDI y RN durante el primer año de gobierno, permitieron a la Concertación lucrar políticamente.

Otro problema ha sido la descoordinación en el gobierno. El gabinete—compuesto mayoritariamente por ministros independientes provenientes del sector privado—ha chocado con los intereses de las élites de la coalición. La composición homogénea de los gabinetes de la Concertación exitosamente canalizaron las diferencias por jerarquías partidarias.

El efecto de estos dos últimos problemas ha contribuido a una baja paulatina en la opinión pública. Al ver poco progreso en el legislativo y descoordinación en el ejecutivo, la gente ha castigado la política en general y a la coalición titular en particular. Una consecuencia grave de no solucionar estos problemas es una potencial crisis constitucional, donde el Presidente puede perder su legitimidad ante la gente.

Analistas políticos han reiterado que a La Moneda le falta peso político. Sin embargo es importante clarificar que esto no significa ‘que hacen faltan políticos con mayor habilidad para hacer política’. Significa que ‘hace falta un gabinete coordinado con gente que proviene de los partidos políticos’.

Si bien la entrada de Allamand, Matthei, Chadwick y Longueira al gabinete es un paso en la dirección correcta, también puede ahondar los problemas de no tener un gabinete políticamente alineado. Una disputa de poder, entre ministros independientes y ministros políticos podría desprestigiar aún más la poca sensibilidad de Piñera de gobernar sin el afecto de los partidos.